El secreto de Christine de Benjamin Black

Dublín, años cincuenta. En un depósito de cadáveres, una turbia trama de secretos familiares y organizaciones clandestinas comienza a desvelarse tras el hallazgo de un cuerpo que nunca tendría que haber estado allí. Una oscura conspiración que abarca ambos lados del Atlántico y que acaba envolviendo en un siniestro abrazo, inesperadamente, la vida misma de todos los protagonistas.

Demos la bienvenida a Benjamin Black. Nos encontraremos lo mejor de un extraordinario escritor, John Banville, también entre la niebla, los vapores del whisky y el humo de los cigarrillos de un Dublín convertido en el escenario perfecto para la mejor literatura negra.

Por sus magníficas descripciones de personajes y ambientes, con un lenguaje preciso, elegante e inteligente, John Banville está considerado como el gran renovador de la literatura irlandesa y uno de los más importantes escritores en lengua inglesa de la actualidad.
©Megustaleer

La crítica


"Black-Banville construye el argumento de la obra con destreza de relojero. Cada página ofrece los datos necesarios, los suficientes para picar nuestra curiosidad". Germán Gullón (El Cultural)

"Benjamin Black es un claro ejemplo de que el género negro puede ser literatura con mayúsculas. Un libro a disfrutar por su calidad extraordinaria la primera entrega del doctor Quirke que es mucho más que una novela detectivesca." José Luis Muñoz (Calibre.38)

El autor


Benjamin Black es el seudónimo del conocido novelista irlandés John Banville. Utiliza este sobrenombre para firmar sus libros de novela negra.

La primera obra que publicó como Benjamin Black se puso a la venta en 2006. Se trataba de El secreto de Christine, su primera aventura por la novela negra, pero sin duda no la última. Tras esta continuó con El otro nombre de Laura, El Lémur, Muerte en verano u Órdenes sagradas. Eso sí, sin descuidar otro tipo de novelas, intercalando sus lanzamientos.

El autor irlandés habla de este seudónimo como un desdoblamiento de su ser de escritor que le permite seguir escribiendo cuando “Banville” ya ha superado su número máximo de palabras al día.
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