El reflejo de las palabras de Kader Abdolah

Los lazos profundos e indestructibles entre un padre y un hijo, capaces de perdurar gracias al poder aglutinante del arte y de la lengua, son el fundamento narrativo de esta novela original y conmovedora.
Ismail, un novelista iraní exiliado en Holanda, recibe por correo el diario de su padre fallecido, un tejedor de alfombras de Arak, región remota y montañosa de la antigua Persia. Nacido sordomudo, Aga Akbar escribió esas páginas utilizando los símbolos de una antigua inscripción cuneiforme grabada en una cueva del monte sagrado del Azafrán hace tres mil años, un hermoso lenguaje desconocido que nadie ha conseguido aún descifrar. Traducir esas notas, reflejo de toda una vida, se convierte en el propósito más ferviente de Ismail, sabedor de que ese diario contiene no sólo el pasado familiar, sino el sentido de su propio presente en el apasionante Irán del siglo XX.
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La crítica
"Una novela maravillosa. No encuentro mejores vocablos para definir El reflejo de las palabras" Jacinta Cremades. El cultural

El autor

Kader Abdolah (Irán, 1954) estudió Física en la Universidad de Teherán. Participó en la resistencia estudiantil contra el sah y, más tarde, contra el régimen del ayatolá Jomeini. Redactor de un periódico clandestino, tuvo que huir de su país en 1988 y encontró asilo político en Holanda, donde vive desde entonces. Si bien su verdadero nombre es Hossein Sadjadi Ghaemmadami Farahani, adoptó el de Kader Abdolah en homenaje a dos amigos de la resistencia que fueron asesinados.
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Comentarios

  1. Entre los protagonistas principales de la novela, “El reflejo de las palabras”, existe un eje común: la relación paterno-filial. Aga Akhar es el padre sordomudo y analfabeto que le encanta expresar en folios sus sentimientos a base de epigramas personales. Ismail es el hijo que se dedica a cuidar a su padre e intenta descifrar el significado los folios. La narración está enmarcada en el pasado de una sociedad antigua rica en simbolismo religioso y de gran riqueza cultural, que a su vez, está vivida en la historia de un presente represivo. La actividad política de Ismail le llevará al exilio.
    Estos personajes los encarnará Kader Abdolah, el autor de la novela, que a sus 34 años deberá exiliarse de Irán, su país. Después de recorrer varios destinos, recalará en Holanda. Allí, como Aga Akhar, en un idioma desconocido, el neerlandés, escribirá sus sensaciones y su historia personal, y como Ismail el activista hijo, interpretará de forma testimonial el dolor que ha vivido su pueblo. La novela, en cierto sentido biográfica, está descrita con sensibilidad y nos conduce por caminos de amena lectura.

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