Al morir don Quijote de Andrés Trapiello


Un caluroso día de octubre de 1614 moría el señor Alonso Quijano, conocido como don Quijote de la Mancha, asistido por su sobrina y el ama y rodeado de sus amigos, y el mismo día, por la tarde, se le enterraba en presencia de todo el pueblo. La novela de don Quijote había llegado a su término, pero no así la de muchos a los que la vida increíble del ingenioso hidalgo había sacado de su previsible anonimato. Y si don Quijote había tenido su novela, también la tuvieron, muerto él y por haber trenzado sus vidas con la suya, Sancho Panza, Dulcinea el ama, la sobrina, el bachiller Sansón Carrasco, Cardenia, Luscinda, el cautivo capitán Biedma, los duque Ginés de Pasamonte, Roque Guinart, Ricote y cuantos quedaron marcados para siempre por la inagotable humanidad de quien fue tenido en su tiempo por el mayor y más gracioso de los locos.
De sus vidas, de sus novelas se habla en esta historia. Hace quinientos años empezó una historia que no ha terminado aún, porque las vidas, como las novelas, a un tiempo que propagan bajo tierra sus raíces, multiplican sus ramas hasta formar esta copiosa trama que llamamos vida, donde la realidad y la ficción a menudo no quieren decir lo que parece.

©Destino


La crítica
"La relojería del arte" ©El País
"Porque esta novela, que fascinará a todos..."© La Razón
"El discurso, en fin, de Trapiello no puede ser más actual. Sostenella y no enmendalla. Literatura de quilates. De la buena. Tan escasa. Tan hermosa" ©La verdad

El autor

Escritor y editor español nacido en Manzaneda de Torío, León, en 1953. De producción muy extensa, ha publicado poemarios, novelas, libros de ensayo y recopilaciones de artículos. También se han editado más de una docena de tomos de sus diarios, aparecidos bajo la denominación genérica de Salón de pasos perdidos. Ha recibido varios premios, entre ellos el Plaza & Janés de novela en 1992 (por El buque fantasma), el Premio de la Crítica de poesía castellana en 1993 (por Acaso una verdad), el Juan de Borbón en 1995 (por el ensayo Las armas y las letras. Literatura y guerra civil 1936-1939), el Premio Nadal en 2002 (por Los amigos del crimen perfecto) y el Nacional de Periodismo Miguel Delibes en 2005 (por su artículo “El arca de las palabras”, publicado en el diario barcelonés La Vanguardia).
©lecturalia.com


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