El Baile de Irene Nemirovsky


Instalados en un lujoso piso de París, los Kampf poseen todo lo que el dinero puede comprar, excepto lo más difícil: el reconocimiento de la alta sociedad francesa. Así pues, con el propósito de obtener el codiciado premio, preparan un gran baile para doscientos invitados, un magno acontecimiento social que para el señor y la señora Kampf supondrá, respectivamente, una excelente inversión y la soñada apoteosis mundana.Pero en casa de los Kampf no todos comparten el mismo entusiasmo. Herida en su orgullo por la prohibición materna de asistir al ágape, Antoinette, de catorce años, observa con amargura los agitados preparativos del baile y siente que ha llegado la ocasión de enfrentarse a su madre, afirmarse a sí misma y realizar su propia entrada en la edad adulta. ...

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La critica

«Una estremecedora pequeña joya literaria» ABC
«La obra más irrefutable de su excelente arte literario. (…)Un prodigio de exactitud, una maquinaria narrativa que funciona con impecable determinación» Babelia
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La autora

Irène Némirovsky (Kiev, 1903-Auschwitz, 1942) recibió una educación exquisita, aunque tuvo una infancia infeliz y solitaria. Tras huir de la revolución bolchevique, su familia se estableció en París en 1919, donde Irène obtuvo la licenciatura de Letras en la Sorbona. En
1929 envió su primera novela, David Golder, a la editorial Grasset, dando comienzo a una brillante carrera literaria que la consagraría como una de las escritoras de mayor prestigio de Francia. Pero la Segunda Guerra Mundial marcaría trágicamente su destino. Deportada a Auschwitz, donde sería asesinada igual que su marido, Michel Epstein, dejó a sus dos hijas una maleta que éstas conservaron durante decenios.
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Comentarios

  1. EL BAILE, Irene Nemirovsky

    La protagonista, Antoinette, es una joven muy sensible de 14 años que sueña con el amor. Esta obra es la crítica a su madre, madame Kampf, (y a todo su mundo), que sueña con un amante y con una vida superficial, disipada y frívola en los salones de Paris. En madame Kampf no hay ni el más mínimo remordimiento por soñar con un joven amante. Se resiste a que se le escape la juventud: “No quería, a fin de cuentas, reconocer su propia vejez”. Sin duda, no es casual que uno de los libros favoritos de Irene Nemirovsky fuese “El Retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde. En este libro se indica que "lo único que vale la pena en la vida es la belleza, y la satisfacción de los sentidos". Al darse cuenta de que un día su belleza se desvanecerá, Dorian desea tener siempre la edad de cuando le pintó en el cuadro Basil. El deseo de Dorian se cumple, mientras él mantiene para siempre la misma apariencia del cuadro, la figura retratada envejece por él. Su búsqueda del placer lo lleva a una serie de actos de libertinaje y perversión; pero el retrato sirve como un recordatorio de los efectos de cada uno de los actos cometidos sobre su alma, con cada pecado la figura se va desfigurando y envejeciendo. Llegó un momento que era la muerte en vida de su propia alma la que lo trastornaba, el retrato era el causante de todo y pensó que si éste desaparecía se sentiría mejor, subió a la habitación donde estaba el cuadro, tiró de la cortina que cubría el retrato y un grito de dolor y de indignación se le escapó, miró a su alrededor y vio el cuchillo con el que había matado a Basilio, lo tomó y apuñaló el retrato, sólo se oyó un grito tan horrible que los criados salieron rápido a mirar qué pasaba, al subir a la habitación encontraron el cuadro de Dorian en toda la maravilla de su exquisita juventud y de su belleza y en el piso un hombre muerto, en traje de etiqueta, con un cuchillo en el corazón, lleno sangre, su cara era repugnante y llena arrugas, hasta que examinaron las sortijas que llevaba no supieron que era Dorian Gray que al fin había liberado su alma del infierno donde la había depositado con el solo fin de conservar la belleza física.

    A veces, la excesiva preocupación por la belleza y el cuidado físico, indica que esa persona considera que esto es lo mejor, a veces lo único, que puede aportar a los demás en detrimento de su mundo interior. Consideran que la belleza vale más, para ellos y para los demás, que su mundo interior.

    Un saludo.

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  2. Copio de los escritos sobre la obra de Irene Nemirovsky: “Némirovsky también sigue la tradición rusa: el dolor existe para recordarnos que vivimos y que lo estamos haciendo mal. Las vanidades pertenecen al mundo de las apariencias; en el mundo real sufrimos y nos estamos muriendo”. En El Baile está también presente el dolor de sus personajes centrales (la madre y la hija, y el padre), el mismo dolor por no poder acceder al mundo de las apariencias. Esto último pone de manifiesto la vanidad de los personajes y su falta de consistencia profunda. Entre estos tres personajes no se da una relación de amor de ninguna clase y, aunque son miembros de una misma familia, están solos, cada uno hace la guerra por su cuenta.

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