Quemar las naves de Alejandro Cuevas
EURIMONTE: hombre cuarentón, parado crónico, desastre doméstico, coleccionista excéntrico, padre enrollado, esposo infantil, persona non grata, vecino pintoresco, cliente sospechoso, músico frustrado, pariente precario, bohemio paradójico, contertulio vehemente, lector asesino, anfitrión baboso, comensal imprudente, barbero, torpe, poeta.
PARTÉNOPE: mujer harta.
Esta es la historia de una semana de sus vidas, el melodrama irónico de sus estados, la sátira implacable de todos los callejones sin salida.
La crítica
"Alejandro Cuevas posee las peculiares dotes verbales e imaginativas adecuadas para un empeño de esta clase, las pone en juego en un texto de apariencia poco pretenciosa y logra si no una gran novela, sí una estupenda farsa quevedesca que merece la pena leerse." Santos Sanz Villanueva, El Cultural.
"Es un relato ajustado, muy contenido y en cierto modo minimalista. Sin renunciar al humor, ráfagas de un viento gélido recorren esta historia de un poeta fracasado y de una mujer harta de aguantarle".RTVCYL Cultura Literaria.
"Una interesante y particular visión de la familia donde todo es efímero y todo puede desmembrarse ("la vida está tejida con retales"), donde la rutina está tan presente que uno debe pararse y pensar para darse cuenta de que está formando parte de su vida".Dosdoce.com
El autor.
Alejandro Cuevas nació en Valladolid en 1973.
Es licenciado en Filología Hispánica y columnista habitual para la edición de Castilla y León de ‘El Mundo’.
Su dedicación a la creación literaria le ha permitido recibir desde muy joven una treintena de premios, entre ellos, el ‘Café Compás’ y el Premio Letras Jóvenes de la Junta de Castilla y León en cuatro ocasiones (1992, 1994, 1995 y 1999). Actualmente «salvo por encargo o por capricho» no escribe cuentos.
En 1999 publicó, ‘Comida para perros’ y ‘La vida no es un auto sacramental’ novela que obtuvo una mención especial de jurado en el Premio Nadal de ese mismo año
y el Premio Ojo Crítico de Narrativa de RNE. En el año 2003 publicó su tercera novela, ‘La peste bucólica’.
‘Quemar las naves’ ha sido galardonada con el Premio Rejadorada de Novela Breve 2004.
PARTÉNOPE: mujer harta.
Esta es la historia de una semana de sus vidas, el melodrama irónico de sus estados, la sátira implacable de todos los callejones sin salida.
©Multiversa
La crítica
"Alejandro Cuevas posee las peculiares dotes verbales e imaginativas adecuadas para un empeño de esta clase, las pone en juego en un texto de apariencia poco pretenciosa y logra si no una gran novela, sí una estupenda farsa quevedesca que merece la pena leerse." Santos Sanz Villanueva, El Cultural.
"Es un relato ajustado, muy contenido y en cierto modo minimalista. Sin renunciar al humor, ráfagas de un viento gélido recorren esta historia de un poeta fracasado y de una mujer harta de aguantarle".RTVCYL Cultura Literaria.
"Una interesante y particular visión de la familia donde todo es efímero y todo puede desmembrarse ("la vida está tejida con retales"), donde la rutina está tan presente que uno debe pararse y pensar para darse cuenta de que está formando parte de su vida".Dosdoce.com
El autor.
Alejandro Cuevas nació en Valladolid en 1973.
Es licenciado en Filología Hispánica y columnista habitual para la edición de Castilla y León de ‘El Mundo’.
Su dedicación a la creación literaria le ha permitido recibir desde muy joven una treintena de premios, entre ellos, el ‘Café Compás’ y el Premio Letras Jóvenes de la Junta de Castilla y León en cuatro ocasiones (1992, 1994, 1995 y 1999). Actualmente «salvo por encargo o por capricho» no escribe cuentos.
En 1999 publicó, ‘Comida para perros’ y ‘La vida no es un auto sacramental’ novela que obtuvo una mención especial de jurado en el Premio Nadal de ese mismo año
y el Premio Ojo Crítico de Narrativa de RNE. En el año 2003 publicó su tercera novela, ‘La peste bucólica’.
‘Quemar las naves’ ha sido galardonada con el Premio Rejadorada de Novela Breve 2004.
©Multiversa
“BEATUS ILLE”
ResponderEliminarNovela actual. En un tono satírico y humorístico hace una crítica social y también nos presenta la complejidad de las relaciones humanas. Un ámbito doméstico, con los personajes esenciales-una pareja, un hijo, algunos familiares y amigos- que durante una semana nos dejan ver el discurrir de lo cotidiano y no precisamente son héroes, tampoco villanos, pero mediocres y sometidos a una sociedad, la de nuestro tiempo, con sueños de triunfo, otras veces alma de poetas incomprendidos ; frente a la realidad del metódico trabajo diario, la monotonía de la vida, está la chispa de romper lo que ata sin sentido, para quizás echar de nuevo las naves. También James Joyce con su Ulisies moderno y los familiares Simpson se mueven por estos derroteros.