Quemar las naves de Alejandro Cuevas
EURIMONTE: hombre cuarentón, parado crónico, desastre doméstico, coleccionista excéntrico, padre enrollado, esposo infantil, persona non grata, vecino pintoresco, cliente sospechoso, músico frustrado, pariente precario, bohemio paradójico, contertulio vehemente, lector asesino, anfitrión baboso, comensal imprudente, barbero, torpe, poeta. PARTÉNOPE: mujer harta. Esta es la historia de una semana de sus vidas, el melodrama irónico de sus estados, la sátira implacable de todos los callejones sin salida. ©Multiversa La crítica "Alejandro Cuevas posee las peculiares dotes verbales e imaginativas adecuadas para un empeño de esta clase, las pone en juego en un texto de apariencia poco pretenciosa y logra si no una gran novela, sí una estupenda farsa quevedesca que merece la pena leerse." Santos Sanz Villanueva, El Cultural. "Es un relato ajustado, muy contenido y en cierto modo minimalista. Sin renunciar al humor, ráfagas de un viento gélido recorren esta historia d