El mar de John Banville


Tras la reciente muerte de su esposa después de una larga enfermedad, el historiador de arte Max Morden se retira a escribir al pueblo costero en el que de niño veraneó junto a sus padres. El pasado se convierte entonces en el único refugio y consuelo para Max, que rememorará el intenso verano en el que conoció a los Grace (los padres Carlo y Connie, sus hijos gemelos Chloe y Myles, y la asistenta Rose), por quienes se sintió inmediatamente fascinado, y en el que se inició a la vida y sus placeres –la amistad y el amor– pero también, al dolor y la muerte. El mar, ganadora del Premio Man Booker 2005, es una conmovedora meditación acerca de la pérdida y el poder redentor de la memoria.
© Anagrama
La crítica
"Un maestro, un artista con el pleno control de su oficio" ©The Times
"Confieso que, además de admirar su escritura, (...) hace unos días, al acabar esta novela, me dominaba la imprecisa sensación de que el libro me había gustado más por todo aquello en que evitaba convertirse que por lo que era en realidad"
©Francisco Casavella
El autor
John Banville nació en Wexford, Irlanda, en 1945. Ha obtenido numerosos galardones, como el James Tait Black Memorial Prize, el Guardian Fiction Prize y el Guiness Peat Aviation Award. Según el gran crítico literario George Steiner, "John Banville es el escritor de lengua inglesa más inteligente, el estilista más elegante".
© Anagrama

Comentarios

  1. Para mí hay como dos temas que destacan: el realismo y la omnipresencia del pasado.
    En cuanto al realismo físico, los retratos de los personajes están descritos con detalles precisos en su concreción corporal, sin evitar lo desagradable. En el libro no se levanta una ilusión, una esperanza, sólo el principio de la relación de Max y Chloe al principio de la adolescencia, y el enamoramiento de Max de la señora Grace. No es un libro optimista –pocos libros lo son-, siempre está ahondando en el dolor y la pérdida: muerte de Anna, esposa del protagonista de Max Morten, y de la familia Grace (Carlo, Connie y sus hijos Chloe y Myles) a la que estuvo muy vinculado en la infancia.
    En cuanto a la omnipresencia del pasado. Tras la enfermedad y muerte de su mu mujer Anna, el rememorar la infancia ocupa la mayor parte del texto. El pasado es un refugio para el protagonista, el pasado como búsqueda de un lugar acogedor: “Por eso el pasado supone para mí un refugio, allí voy de buena gana, me froto las manos y me sacudo el frío presente y el frío futuro”; “El, pasado late en mi interior como un segundo corazón”; su hija le dice: “Vives en el pasado”.
    A pesar del pasado como refugio se siente mal: “¿Acaso la mayoría de los hombres no se sienten decepcionados con su destino languideciendo en sus cadenas con callada desesperación?”
    El protagonista se ve a sí mismo como un diletante: “En toda mi vida jamás me importó que una mujer rica, o bien situada, me mantuviera. Nací para ser un diletante, y sólo me faltaban los posibles, hasta que conocí a Anna”. También: “Siempre fui un nadie inconfundible cuya mayor ansia fue ser un alguien vulgar”
    En cuanto a la relación con Anna, su mujer, Max se da cuenta de que conocía poco y superficialmente a Anna; y que tampoco se conocía a sí mismo. “Lo que deseábamos era exactamente eso, no conocernos”, “Ése fue el pacto que hicimos, que nos aliviaríamos mutuamente la carga de ser quien todo el mundo nos decía que éramos”. “Fuimos felices juntos, o no fuimos infelices, que es más que lo que la mayoría de la gente consigue; ¿es que eso no es suficiente?” En algún momento hubo violencia en la relación. “Anna y yo nos perdonamos el uno al otro por todo lo que no éramos. ¿Qué más se podía pedir en este valle de lágrimas y tormentos?
    La principal estación en que se desarrolla el relato es en la persistencia del otoño, correspondiendo a la insufrible nostalgia del protagonista. El tiempo cronológico en que sitúa el relato es entre las dos guerras mundiales. El relato se desarrolla también en una pensión, igual que donde vivían su madre y él (Max, el protagonista) cuando era niño, con lo que esto significa de falta de hogar (su padre les abandonó).

    Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hasta que me orinen los perros de Fernando Ampuero

El Somier de Luisa Castro

El valor de elegir de Fernando Savater